jueves, 22 de octubre de 2009

Arte textil muestra la riqueza de los pueblos

El encuentro de los tejedores indígenas bolivianos y de Iberoamérica refleja la tradición ancestral en la creación de diseños.

El Primer Encuentro Iberoamericano de Arte Textil Indígena Originario y el Segundo Concurso de Ponchos y Tejidos Indígenas, organizados por el Ministerio de Culturas, fueron inaugurados ayer en el Campo Ferial de bajo Següencoma, en la zona Sur de la ciudad de La Paz, con el objetivo de promover la integración de los pueblos y preservar el conocimiento tradicional en la elaboración de los coloridos telares.
El ministro de Culturas, Pablo Groux, destacó la importancia que tiene para los pueblos indígena originarios de Iberoamérica encontrarse en torno a la producción del arte textil y que podrá ser apreciada por la ciudadanía hasta el 25 de octubre.
Groux explicó que fue por la iniciativa del presidente Evo Morales que se organizó el Concurso de Ponchos y Tejidos, que en esta segunda versión cuenta con más de 600 piezas en exposición provenientes de 40 comunidades rurales de varias regiones del país.
Según los organizadores, se premiará a expositores de las tres regiones: valles, llanos y altiplano, tanto a la comunidad como al tejedor, para lo que el Ministerio de Culturas destinó la suma de 36.500 bolivianos. A la comunidad que obtenga el primer lugar por el mejor tejido o poncho se le otorgará el Gran Premio Evo Morales, consistente en un tractor.
El jurado está conformado por académicos e investigadores del arte textil y representantes del Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef), de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), del Ministerio de Culturas y representantes de organizaciones sociales.
Entre las comunidades participantes, más de 40 pertenecen a La Paz: de Jotahoco, Ayllu Pallareta, Catacora, Charazani, Kariquina Grande y Pallina Laja; de Oruro son Kawalle y Caimuta, y de Chuquisaca, Tarabuco, Pisila y Maragua.
Tujuta de Cochabamba, y Rosario, Pasajes, Arenales, Copacabana, Muñayo, Choroya Avilés, Muñayo, Pozuelos, Papachacra, Yunchará y Viscarra, de Tarija.
En la exposición también se encuentran las delegaciones internacionales de Perú, Panamá, Paraguay, Uruguay y Colombia, con una muestra de telares que son expresión de las tradiciones de sus culturas.
La exposición, que incluye la muestra de ponchos y tejidos nacionales elaborados con fibra de camélidos y ovinos, y los textiles de otros países, cuenta también con una muestra fotográfica itinerante sobre los telares andinos, sus diseños y sus formas.
El ingreso a la feria exposición es gratuito para el público en general, por lo que se espera la visita de la ciudadanía entre las 10.30 y 21.30.

Los tejidos y la escultura tiwanacota
Una de las últimas teorías sobre el tallado de las figuras esculpidas por la cultura Tiwanaku, como los diseños de la Puerta del Sol, se refieren a que las figuras inicialmente eran producidas en tejidos.
Los arqueólogos consideran que el friso del milenario portal lítico fue concebido en un tejido que luego fue colocado sobre la piedra para comenzar a esculpir las figuras.
La investigación corresponde al arqueólogo boliviano Eduardo Pareja, quien considera que los diseños de los seres alados de la Puerta del Sol primero fueron tejidos en un telar que sirvió como base para luego proceder con el tallado.
Los tejidos fueron una de las primeras formas de expresión de los pueblos prehispánicos. En los telares los pueblos indígenas se relacionaron para influenciarse entre sí. Los diversos diseños se alimentaron de símbolos que representaron las creencias míticas y religiosas, de costumbres, sueños, misterios, del devenir diario y de los procesos de cambio.
Es así que los investigadores conocen sobre la simbología de los tejidos andinos. En los coloridos diseños se expresa una serie de vivencias o leyendas de determinadas comunidades que se diferencian por los colores y las formas.
La exposición del campo ferial de Bajo Següencoma reúne una gran cantidad de ejemplos de la diversidad de los pueblos originarios.

Telar andino, diversa expresión de la cultura ancestral
Son varios los antropólogos que sin duda consideran que el tejido constituye la expresión más compleja y más elaborada de la estética del mundo andino.
En la época prehispánica ya se elaboraban telares, cada grupo étnico construía su estilo y estética al utilizar formas, materias, diseños, colores y símbolos propios y a veces compartidos.
Son escasos los tejidos arqueológicos que se mantuvieron en el tiempo, pero el conocimiento tradicional perdura como una herencia de generaciones entre los tejedores de las diferentes regiones del territorio nacional.
Para la antropóloga Cristina Bubba, es innegable el valor artístico de los telares, además de llevar significaciones que pueden ser interpretadas o ‘leídas’ como una visión del mundo del grupo étnico.
Se conoce especialmente que las técnicas milenarias se transmiten de persona a persona y que se comienza a practicar desde temprana edad.
En cada tejido existen diferentes diseños que transmiten un determinado mensaje. En las grandes piezas predominan los colores representativos de una comunidad.
El uso de materia prima para la obtención de los tintes naturales es una costumbre practicada aún en los pueblos del altiplano y de otras regiones del país.
Los diseños, muy variados en sus formas, también se caracterizan por ser utilizados como un simbolismo que emite un mensaje determinado y que es propio y característico de una comunidad.
Los tejidos fueron elaborados también para determinados rituales que se realizaban durante la época prehispánica por civilizaciones como las de Tiwanaku e Inca.
Es así que aún se mantiene la tradición de producir textiles utilitarios y los más finos como parte de vestimenta ritual.

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